Revista de «Investigación y Ciencia»

Las partículas más pequeñas de la contaminación del aire (PM2,5) incrementan el riesgo de muerte prematura entre las poblaciones sometidas de forma crónica a dicha polución. Un nuevo estudio corrobora lo ya apuntado en muchos otros anteriores. El tráfico automovilístico es la principal fuente de PM2,5 en muchas de nuestras grandes urbes.